La elaboración de alfombras en Guatemala, constituye una de las características importantes de la Semana Santa. Elaboradas de aserrín natural o pintado con añelina de diferentes colores, flores, frutas, corozo, pino. Pero hoy en día el guatemalteco a incorporado nuevas técnicas y materiales para crear obras de arte. Que es admirado y observado por curiosos que les impresiona ver lo que las manos chapinas logran, siendo nuestras alfombras multicolores.

Las largas y extraordinarias alfombras propias de la cultura guatemalteca, son un claro ejemplo del sincretismo religioso y cultural.

Se tuvo la influencia española, de las Islas Canarias, en Tenerife, en donde se elaboraban alfombras desde tiempos remotos. Confeccionadas con tierras de colores, arenas y también de flores.
Otra tradición primitiva catalana consistía en sembrar el suelo, por donde debía pasar la procesión del Corpus Christi, de ramaje de plantas olorosas como el romero o el espliego que, junto a los pétalos de rosas que se echan al paso del Santísimo Sacramento. El valor sagrado del incienso lo adquiría en sentido traslaticio el romero o la murta que los huérfanos valencianos esparcían antes del comienzo de la procesión.

En la Guatemala hispánica los franciscanos en Guatemala, mantuvieron la tendencia a favorecer la religiosidad popular uno de ellos, Pedro de Betancourth, conocía las tradiciones canarias. Con este origen y con el desarrollo histórico de los siglos XVII y XVIII, las alfombras se sincretizaron e hicieron guatemaltecas porque se cargaron de nuevo contenido, que las llevaron a formar parte de la cultura de los habitantes

Su funcionalidad está muy ligada al culto propiciatorio y rogativo. Elaborar una alfombra significa para los creyentes agradecer un favor, un milagro y se convierte en obligación personal del individuo hacia la imagen a que venera, que son, en Guatemala, los Cristos Yacentes, los Nazarenos y las advocaciones de la Virgen de Soledad y de todos los Dolores.

Jesus Nazareno de la Buena Muerte

Para el año del Señor 2010, el significado del adorno está fundamentado en el libro de Génesis, capítulo 4 versículos del 1 al 16. La Palabra de Dios es clara y directa, nos hace reflexionar sobre la importancia de meditar, confesar nuestros pecados y volver a una vida cristiana plena. En la actualidad, los guatemaltecos sufrimos las consecuencias de una sociedad violenta, insegura y alejada de Dios. Precisamente, la historia de Caín y Abel nos enseña el fondo de la condición humana. Nos descubre la violencia como factor dominante en nuestra sociedad, cuyas raíces están en el corazón del hombre y sus primeras víctimas son las que, como Abel, agradan a Dios. La sangre derramada clama a Dios, Él que hace justicia a su manera, no como nosotros: vengativos y violentos. Pero este relato también nos enseña cómo nuestro Dios está pendiente de sus hijos y que no está ajeno a nuestros ruegos y clamores.

Este bello mensaje es plasmado artísticamente en las andas del Dulce Nazareno Dominico y nos invita a poner en las manos de nuestro Dios la vida de nuestra amada Guatemala, que día a día clama por la paz y la justicia.